La selva tropical más grande del mundo, en Bolivia, tampoco está a salvo: es víctima de deforestaciones ilegales y de incendios forestales que anualmente destruyen un promedio de 300.000 hectáreas de bosques; del narcotráfico que construye pistas clandestinas, de la contaminación minera, y de los conflictos de tomas de tierra dentro de áreas protegidas y territorios indígenas.
La Amazonía boliviana sufre en silencio y los pueblos originarios son sus guardianes invisibles y víctimas de persecuciones y amenazas de muerte de los poderes políticos, económicos y delincuenciales. Los Indígenas conocen los puntos críticos y qué se necesita para que la selva no llegue al fatídico punto de no retorno. Ellos tienen las propuestas que deben ser escuchadas y saben cuáles son las soluciones a partir de su cosmovisión.
Desde los territorios ancestrales, los guardianes Indígenas de la Amazonía silenciosa de Bolivia, narran su Apocalipsis que el mundo no ve y—con la sabiduría heredada de sus antepasados—proponen soluciones urgentes.
Las voces históricamente no escuchadas ahora son narradas desde la exuberante belleza de la Amazonía y también desde el corazón y las periferias de su destrucción.